sábado, 2 de octubre de 2010

Un secreto de confesión...

Fue sumamente doloroso efectuar las exequias. Su cuerpo, dentro del ataúd había sido cuidadosamente cubierto para que la gente no la viera, se habían ensañado con ella, la golpearon hasta desfigurarle el rostro, aquél rostro angelical que la hizo merecedora de ser la Reina de las Fiestas Patrias.

Ella era sólo una chica que empezaba a vivir, tenía grandes sueños, recuerdo que me decía que quería ser trabajadora social para ayudar a tantas mujeres y niños maltratados.

Luego de darle cristiana sepultura me fui al templo a orar un rato, necesitaba estar solo antes de regresar a mi Parroquia. El Señor Obispo me había dicho que me tomara unos días para estar con mi familia, pero había demasiado trabajo en mi Parroquia asi que decidí regresar hoy mismo.

Mientras contemplaba la imágen de Nuestro Señor en la Cruz escuché pasos a mi espalada, pensé que sería alguien mas que quería orar cerca del altar, asi que me puse de pié para dejarle sitio.

Espere Padre -dijo la voz de un hombre- necesito confesarme...
¿tiene tiempo de escucharme?

Yo lo que menos quería era escuchar pecados, pero el rostro de aquél hombre lucía demacrado y con grandes ojeras, se notaba que no había dormido bien los últimos días, debería rondar los 22 años, asi que decidí escucharlo en confesión.

Entramos al confesionario, me llevé la estola a los labios y me dispuse a escuchar su confesión.

Padre, necesito que me ayude, el remordimiento me está matando...
¿Tan grave es tu pecado hijo?
Demasiado grave Padre, no se por donde empezar...
Tranquilízate hijo, Dios es infinitamente misericordioso y sabrá perdonarte sea cual sea tu pecado.
Verá Padre, el pasado viernes, por la tarde, me llamaron mis amigos para que fuera con ellos a tomar unos tragos a un bar, yo no tenía muchas ganas de ir porque sabía que cuando tomo me ofusco muy rápido pero insistieron tanto que no me pude negar.
Fuimos a un bar que está cerca aqui, estuvimos tomando mucho y decidimos ir a otro lado en busca de diversión, eran como las 9 de la noche.
Nos fuimos en el auto de uno de mis amigos, apenas habíamos avanzado unas dos calles cuando vimos pasar a una chica preciosa.
Hola Princesa -dijo mi amigo que iba al lado del conductor- ¿A dónde tan solita?
La chica no contestó y apresuró el paso.
¿A que no se atreven a que la llevemos con nosotros? dijo el que conducía.
Le rajamos su madre al que se acobarde -dijo el que iba a mi lado- ¿Qué dices Arturo, te animas?
Y yo dije que si.
Bajamos del auto y entre todos la subimos, ella se defendía como podía pero éramos cuatro contra una chica indefensa, nos fuimos al baldío que está atrás del supermercado y abusamos de ella...
Yo fuí el primero ya que lo decidimos a la suerte, ella trató de golpearme asi que le dí un golpe para que se estuviera quieta...
El que conducía el auto siguió después de mi, lo molestó que la chica siguiera defendiéndose y comenzó a golpearla sin piedad, yo lo miraba como entre sueños ya que el alcohol empezaba a hacerme estragos, los otros dos tambien la golpearon mucho mientras la violaban y al terminar vi que la chica estaba sangrando por todos lados, nos subimos al auto y nos fuimos veloces de ahí dejándola abandonada a su suerte...
Hace 2 días leí en el periódico que murió... y desde entonces no puedo dormir, el remordimiento me mata pero tengo miedo de ir a la cárcel, se dicen muchas cosas que hacen con los violadores, por favor, ayúdeme... ¿Qué hago Padre?

Ella -dije con voz quebrada- se llamaba Cristina, tenía grandes sueños y aspiraciones y tu y tus amigos se los truncaron, ella sólo tenía 17 años, era una hija ejemplar, amiga excepcional y era...

¡¡¡ MI HERMANA !!!

Sagid
(Ben Guillén)

Code: 1008046977941

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